“Es simple y llanamente una historia de la vida real”, comienza diciendo el Checha Blanco al ser indagado sobre el origen de La Tartamunda, el más reciente éxito de Silvestre Dangond y Juancho de la Espriella. La historia sucedió 18 años antes de que Silvestre grabara la canción, cuando Checha, el compositor, iba caminado por el frente de un motel en Valledupar y vio salir del lugar a su novia de aquella época de la mano de otro hombre. “Y eso fue hasta de día”, aclara Checha como queriendo hacer más grave el suceso, “me encuentro con esa escena tan bacana donde ella va saliendo con quien no debía salir, haciendo lo que no debía hacer, en el lugar que no debía estar. Cuando yo veo esa escena me acerco y le digo, ‘ah, te felicito, ¿qué estabas buscando allá dentro?, que yo sepa esto no es consultorio médico, ni nada por el estilo’”. Ella, despavorida por haber sido encontrada con las manos en la masa, trató de responder “no, no, no, que, que yo, yo… no es lo que estás pensando”, y ...